Detrás del Rey: Raza e Identidad Cultural
- Ethan Rodríguez
- 5 oct 2021
- 8 Min. de lectura
Michael Jackson es una de las personalidades más populares que han pisado el planeta Tierra, y con esto también, una de las más polémicas. Con “Detrás del Rey” busco arrojar un poco de luz e información para aclarar varios de los puntos más polémicos en la vida del Rey del Pop.
Para empezar con esta serie, hablaré de un caso que repetidamente ha sido objeto de rumores y especulaciones, siempre llegando a una misma concepción: “Michael Jackson quería volverse blanco”.

Pero, ¿realmente quería “volverse blanco”? Primero debemos aclarar el meollo del asunto: la diferencia entre los conceptos de “raza” e “identidad étnica y cultural”.
“Raza” es un concepto que data de tiempos antiguos, pero se popularizó y ganó un nuevo significado durante el proceso de colonización europea en los siglos XVI y XVII. Se usaba principalmente para clasificar a los grupos de personas que, según alegaban, compartían características físicas y sociales.
En la vida real este cuestionable sistema de clasificación derivó en la segregación y opresión de grupos de personas que eran consideradas “diferentes” e inferiores a la élite blanca. En el siglo XIX, con el avance de las ciencias naturales, el racismo científico alcanzó su punto más alto.

Una creencia común dentro de la comunidad científica era que el tamaño y la forma del cráneo humano determinaba la superioridad o inferioridad de una raza. En el campo de la antropología, el evolucionismo cultural intentó probar que las culturas evolucionan en el tiempo, de “primitivas” a blancas europeas.
Franz Boas, uno de los padres fundadores de la antropología moderna, cuestionó estas creencias probando que los factores biológicos tenían poco que ver con el comportamiento humano, y afirmó que el concepto analítico principal debía ser “cultura”, en lugar de “raza”.
La antropología moderna ve a la “raza” como un concepto obsoleto que es, en sí, un constructo social; lo que significa que es un producto de creencias sociales y culturales, y no, por lejos, una “verdad universal”.
¿En qué "raza" categorizarías a estos niños?

Fuera de la antropología, en el campo de la genética, el enfoque fenotípico (basado en características observables como la apariencia) hacia la raza es muy cuestionada, mientras que el enfoque genotípico (basado en genes) no ha podido probar completamente un gen común para determinar la raza de una persona.
A pesar de esto, “raza” sigue siendo un concepto que prevalece en la sociedad, aunque con adaptaciones. Por ejemplo, en los Estados Unidos, “negros” y “afroamericanos” son términos usados para identificar gente nacida en ese país que tienen ancestros negros africanos.
Ahora volvamos a nuestro tema principal, Michael Jackson.

Hijo de padres negros, era incuestionablemente un hombre negro. Si la definición actual de “negro” implica ancestros genéticos africanos, es imposible para él haberse “vuelto blanco”, a pesar de su apariencia.
Pero a finales de los 80s y principios de los 90s, cuando su apariencia cambió, sus críticos fueron rápidos en acusarlo de “aclararse” la piel y de querer “volverse blanco”. El cantante finalmente abordó el tema por primera vez en una entrevista en 1993.
En 1986, Michael Jackson fue diagnosticado con vitíligo, un trastorno incurable de la piel donde el cuerpo destruye sus propias células de pigmento, creando parches blancos que tendían a crecer con el tiempo. Estos parches son particularmente visibles en personas con tono de piel más oscuro.

La noticia llegó en un momento terrible para el cantante: en el apogeo de su fama y ya lidiando con lupus, otra enfermedad autoinmune que le habían diagnosticado tres años atrás, no había nada que pudiera hacer para detener a su cuerpo de cubrirse por completo de parches blancos.
Al principio, se cubrió los parches de la cara y las manos con maquillaje, pero cuando se volvieron demasiado extensos, tuvo que someterse a un tratamiento especial.
La piel despigmentada provocada por el vitíligo es también extremadamente vulnerable a la luz del sol, por lo que el cantante se vio obligado a usar camisas de manga larga, chamarras, pantalones y sombreros en público, mientras era protegido por sombrillas.
La condición de Jackson fue confirmada más tarde por el informe de su autopsia, que indica claramente que tenía vitíligo. Varias fuentes confirmaron su enfermedad e incluso él habló abiertamente sobre ella, mientras que los medios y críticos insisten en la teoría de “volverse blanco” hasta la actualidad.

Hasta ahora, cubrimos el concepto de raza y cómo, de acuerdo a la definición actual de negro/afroamericano es imposible para Michael Jackson haberse vuelto blanco. También, ha sido probado que el cambio de tonalidad en su piel fue involuntario, producto de una enfermedad crónica.
Ahora vamos a profundizar sobre el otro concepto: “identidad étnica y cultural”.
Mientras que “raza” se basa en el juicio que otros hacen de ti (externo), la identidad étnica y cultural se basa en la percepción interna de dónde perteneces y con qué grupo/cultura te identificas.
Es menos sobre apariencia física y más sobre experiencias compartidas y creencias. Este concepto es en parte producto de la lucha de las minorías alrededor del mundo para poder definirse a sí mismas, en lugar de ser definidas por otros. Por lo tanto, la autoidentificación es su núcleo.
¿Michael Jackson se identificó a sí mismo como un hombre negro, perteneciendo y compartiendo las mismas creencias culturales de su comunidad? Sí, él afirmó muchas veces que era negro y estaba orgulloso de su herencia.
A pesar de que él se identificaba a sí mismo como negro, pudo haber optado por mantener sus creencias en privado y ser “neutral” en su arte, como muchas estrellas pop. Con todo lo que estaba en juego cuando alcanzó su nivel de estrellato, uno podría incluso perdonarlo por hacer eso. Pero él no lo hizo.
La identificación de Michael Jackson con la comunidad afroamericana impregnó toda su vida y su gusto personal en la música. James Brown, Jackie Wilson y Sammy Davis Jr. están entre sus más grandes inspiraciones.

En su propio trabajo, su influencia puede sentirse especialmente de su álbum Dangerous (1991) en adelante, lo que llevó al escritor estadounidense y biógrafo de Michael Jackson, Joe Vogel, a decir que “a medida que su piel se volvió más blanca, su trabajo se volvió más negro”.
Black or White, el primer single de Dangerous, tiene a Michael cantando sobre igualdad racial y diversidad cultural. El cortometraje de Black or White refuerza esta noción mostrándolo interactuando con personas de todo el mundo.
Este cortometraje también incluye un segmento altamente simbólico conocido como el Baile de la Pantera, donde Michael grita, golpea un coche con una palanca, tira un bote de basura y rasga su camisa, desatando su rabia, justo antes de transformarse en una pantera negra.
Considerada controvertida por sus escenas agresivas y “sexualmente sugerentes”, el segmento fue posteriormente censurado, pero muchos vieron su significado. Fue filmado en la época de la golpiza de Rodney King y capturó perfectamente la rabia y el poder dentro de los oprimidos.
En el cortometraje de Remember the Time, Michael rompió otra barrera racial al retratar a los egipcios como negros por primera vez. En el elenco estelar se encontraban, Eddie Murphy, Iman, Magic Johnson, dirigido por el joven director afroamericano John Singleton.

Si en Dangerous, Michael Jackson referenció su identidad etnocultural así como la diversidad de culturas en su totalidad; en su álbum HIStory: Past, Present and Future (1995), llevó su trabajo a la lucha contra el prejuicio racial, la brutalidad policial y la injusticia.
Quizás la más política de sus canciones, They Don’t Care About Us, es una protesta contra un sistema que oprime continuamente a las minorías y a los pobres.
“Algunas cosas en la vida simplemente no quieren ver, pero si Martin Lutero estuviera vivo, no dejaría que esto sucediera”

Los dos cortometrajes para They Don’t Care About Us, ambos dirigidos por el icónico Spike Lee, apuntan en direcciones distintas: la versión de la prisión se centra en la injusticia y la opresión, mostrando a Michael como un preso, cantando contra imágenes de violencia y brutalidad policial. Mientras que, la versión en Brasil se enfoca más en la herencia africana, la identidad negra y la pobreza; teniendo a Michael bailando con el grupo Olodum en Bahía y luego caminando alrededor de una favela en Río. Ambas ciudades tienen la mayor población de descendientes negros africanos en Brasil.
Éstos ejemplos solo cubren parte de múltiples simbolismos y referencias a la herencia afroamericana presente en la obra de Michael Jackson.
Los esfuerzos humanitarios del cantante beneficiaron enormemente a la comunidad afroamericana. Esto incluye, entre otras acciones, grandes donaciones a la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color y el United Negro College Fund, donde todavía hay una beca a su nombre.
En el ámbito de la política, Michael Jackson utilizó su influencia para promover el cambio. A finales de los 90s, una oportunidad de foto con el líder de los derechos civiles sudafricanos Nelson Mandela le ayudó a lanzar su campaña presidencial e inició una amistad entre los dos que duraría por años.

Ahora que está claro que Michael no solo no rechazaba sus raíces, sino todo lo contrario, las referenciaba y expandía continuamente, quedamos con una última pregunta, ¿es suficiente identificarse como una raza/etnia para considerarse parte de ella?
La respuesta es no. En 2015, Rachel Dolezal, una activista y presidenta de un capítulo de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, fue “denunciada” por ser blanca después de años de actuar como si fuera afroamericana. Más tarde ella explicó que se “identificaba como negra”.
Mientras que el caso de Dolezal es extremo, nos dirige a una conclusión importante: una persona no puede simplemente “decidir” pertenecer a una raza/etnia, especialmente si no tiene experiencias compartidas (y muchas veces opresiones) con otras personas dentro del mismo grupo.
Es por eso que además de la genética y la autoidentificación, otra forma de “legitimar” la identidad cultural de una persona, es que la comunidad reconozca al individuo como uno de los suyos.
Eso nos lleva a la pregunta: ¿La comunidad negra en los Estados Unidos reconoce a Michael Jackson como uno de los suyos?
Mientras Michael Jackson no es unánimemente aceptado por todos los miembros de su comunidad, con los medios de comunicación jugando un rol muy importante en fomentar el enfoque físico de la raza y deconstruir su identidad etnocultural a los ojos del público, él ha sido una y otra vez celebrado y reconocido por su arte y sus posturas sociopolíticas.

Desde las constantes referencias de Spike Lee hasta conmovedores homenajes de activistas muy respetados (como la poeta Maya Angelou, quien dedicó un poema a Jackson después de su muerte), Jackson se mantiene como referente para generaciones pasadas, presentes y futuras.
Debe quedar claro en este punto que, si tomamos en consideración el antiguo concepto supuestamente objetivo de raza, o el concepto moderno y más subjetivo de la diversidad étnica y cultural, Michael Jackson nació y murió como un hombre negro.
Después de haberlo afirmado en repetidas ocasiones, ser reconocido como tal por su propia comunidad y hablar abiertamente sobre la enfermedad que alteró su tono de piel, cualquier intento de afirmar que quería volverse blanco entra en la categoría de racismo.
Eso es porque esta “acusación” se basa en la premisa de que ser blanco es un privilegio, algo a lo que todos aspirarían, mientras que, a la inversa, ser negro es malo y las personas de esa raza/etnia lo cambiarían si pudieran.
Todo esto mientras artistas blancos se salen con la suya apropiándose de la cultura negra y alterando su apariencia para imitar a los negros sin ser acusados de querer “volverse negros”.

Hay otros problemas cuando se trata de Michael Jackson y su tono de piel. Uno de ellos a menudo era dirigido por él: que la América blanca nunca lo perdonó por romper récords y volverse más famoso que sus ídolos. Superó a Elvis, Los Beatles y muchos más “intocables”.
En el momento que eso pasó, algunas personas empezaron no solo a alentar su caída, sino a trabajar activamente por ella, como si el hecho de que un joven negro estuviera tomando el mundo por asalto fuera incorrecto y anormal, y necesitara ser “puesto de vuelta en su lugar”.
Él también se convirtió en una fuerza global, canalizando fácilmente diferentes culturas en su arte y siendo amado en todo el mundo. Esto suponía una amenaza para una sociedad que cree que solo los blancos eran aptos para mediar en diferentes culturas, y que insiste en etiquetar a la negritud como “exótica”.

Michael Jackson era un hombre negro que estaba orgulloso de su herencia y estaba fascinado por personas de todas las razas y culturas. Sus palabras y acciones son prueba de esto. Aquellos que lo acusan de querer cambiar de raza le proyectan su opinión de que ser blanco es mejor.
Nadie puede definir nuestra raza y etnia, excepto nosotros mismos. Es hora de detener la intolerancia y la opresión contra Michael Jackson y todas las demás personas de color, y de apreciar la belleza de la diversidad que nos rodea.
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