Detrás del ¿Meme?: We Are Number One
- Ethan Rodríguez
- 12 mar 2021
- 4 Min. de lectura
Existe una malévola canción proveniente de una serie infantil que todos alguna vez vimos o supimos de ella por asomo. Esta es la historia de un personaje que estuvo para dar el balance óptimo a una obra cuya historia y canción trascendieron la barrera digital.

Stefán Karl Stefánsson fue el actor que interpretó al villano llamado Robbie Rotten en la serie infantil islandesa, pero grabada en inglés, LazyTown. Gracias a este papel pudo desarrollar su carrera artística con clases de canto, doblaje y comedia, así como su papel protagonista en la adaptación teatral del Grinch; también fundó una asociación contra el acoso escolar.
Stefán estuvo presente casi desde el inicio, además de volverse factor importante en el desarrollo de la idea de Magnús Scheving, creador de LazyTown y campeón de acrobacias que también interpretaba a Sportacus.
En 1995 LazyTown inició tan solo como un libro de cuentos titulado Áfram Latibær, o Go Go LazyTown en inglés, publicado por el propio Magnús.
Al año siguiente se realizaría una adaptación teatral que mostraba la historia del alcalde de un pequeño pueblo que quería que sus habitantes participaran en una competencia deportiva, pero todos eran muy flojos y apáticos, incluida Stephanie, una bailarina inflexible y en mala forma. El alcalde es ayudado por un duende muy enérgico que los convence a todos y los lleva por un mejor estilo de vida.
Hasta entonces no existía ningún villano como tal en la historia, sino que existió hasta tres años después con una segunda obra que presentó versiones más finalizadas de los personajes, y por primera vez, a Stefán Karl como un malhechor llamado Glanni Glæpur. Esta idea de un villano flojo cuya arma era la mentira y el disfraz para convencer a los demás de ser perezosos también dio la vuelta de tuerca que necesitaba la obra.

Luego de ello, el nombre de Latibær se había vuelto tan popular en Islandia que incluso antes de que Magnús desarrollara la idea de un programa televisivo, se vendían productos como figuras de juguete y se creó una estación de radio.
Tiempo después, Latibær comenzó a hacer comerciales para la televisión y videos con títeres de látex, aprendiendo a prueba y error; hasta que por fin se pudo desarrollar un piloto de 6 clips.
Con un estudio de grabación de la más alta tecnología y una de las pantallas verdes más grandes del mundo, en 2004 debutaría por fin este nuevo show infantil deportivo-musical titulado LazyTown, el cual buscaba mostrar a la familia lo divertida y atractiva que es una vida sana.
En 2014, a lo largo de la tercera temporada, se rodó el episodio El Equipo de Ensueño de Robbie con una canción titulada We Are Number One, compuesta por Máni Svavarsson, poseedora de un pegajoso e inolvidable estribillo de ritmo inquietante. Dos años después se haría viral en internet y sería nombrada dank meme del año y, más tarde, como el meme de la década.
La melodía pegajosa e inusual, el ritmo acelerado y juguetón, los instrumentos, y tintes de villano representan exactamente a Robbie feliz al tener por primera vez a un equipo de maleantes, pero que al mismo tiempo tiene que lidiar con ellos y disciplinarlos. Y con ello obtenemos una divertida e inolvidable canción que sin duda es la mejor para conmemorar a ese villano de nuestra infancia.

A decir verdad, ese no fue el primer meme que se le hizo a Robbie Rotten, pues en 2007 su canción You Are A Pirate se había vuelto meme, solo que en esos tiempos internet no tenía tanto peso en nuestras vidas como ahora.
Las canciones de LazyTown siempre fueron atractivas, pero las de Robbie tenían algo especial. La atmósfera de los personajes es siempre alegre e infantil, pero Robbie creaba el contraste perfecto para esta serie que nos enseñó que el arma de los villanos siempre será la mentira, el encubrimiento y el disfraz. Este programa manejó este contrapeso de la mejor forma en todos los aspectos.
Así como los buenos tenían sus canciones llenas de energía, felicidad y entusiasmo, Robbie tuvo, no sólo uno, sino varios temas de tintes malévolos que potenciaban su personalidad y nos hacían empatizar con él, adentrándonos a su mundo subterráneo.
Eso ocurrió con We Are Number One que, por su pegajosa melodía, cuando Stefán Karl en 2016 decidió anunciar que había sido diagnosticado con cáncer en las vías biliares, además de crearse una campaña para financiar el tratamiento, youtubers como SilvaGunner tomaron la canción y la remezclaron buscando concientizar y ayudar a la causa. A esto prosiguieron varias parodias, así como covers.

De este modo, internet poco a poco comenzó a llenarse de parodias y ediciones del vídeo. Luego, el propio Stefán agradeció el apoyo, y meses después reunió al elenco original y al compositor, e hicieron una interpretación sin disfraces, para luego liberar las pistas por separado de la canción para descarga y uso libre de quien quisiera hacer parodias y remixes.
Entre todo ello había incluso una grabación del compositor ideando la canción, audio al mero estilo de cuando te acabas de despertar de un sueño en el que escuchaste una tonada y te grabas cantando. Es sin duda increíble ver a la idea inicial de todo este revuelo saliendo de las entrañas a manera de un simple e insignificante tarareo, sin imaginar siquiera la potente obra en la que se convertiría.
Gracias a que liberaron todas esas grabaciones sin reclamar derechos de autor, la gente pudo dar rienda suelta a su creatividad con ella. Todo eso sirvió para recaudar los fondos para su tratamiento, aunque finalmente el 21 de agosto de 2018, Stefán Karl falleció rodeado de familiares y amigos, además de las huellas de toda esta conmoción y del nostálgico resurgimiento de la serie.

Stefán nos regaló un villano cuyo personaje vino a balancear las cosas, haciendo al show funcionar mejor y diferenciándolo de cualquier otra serie infantil, dando el claro ejemplo de lo que estaba mal, mostrándonos las consecuencias de lo que hacía y por qué todos sus planes fracasaban al final, así los niños sabrían identificar las mentiras.
A pesar de ello, dentro de ese villano, en ocasiones, se mostraba una chispita de bondad que a veces lo hacía cambiar de parecer. Después de todo, este antagonista pasa a la historia celebrando aquel día en el que, por un pequeño momento, pudo tener su equipo soñado, y ese tan atípico e inesperado momento fue glorioso, pues por ese ratito pudo gritar a los cuatro vientos: Somos Los Número Uno.
Como bien dices, si la tecnología hubiera tenido el auge de hoy, Robbi sería el favorito de muchos!!!. Gracias por compartir