Detrás del Éxito: Take on Me
- Ethan Rodríguez
- 5 mar 2021
- 3 Min. de lectura
Todo el mundo reconoce esta canción: timbres ultra ochenteros y de riff inconfundible, emblemática de su década; bailable; artificial y de una emotividad que se empieza a perder en años posteriores.

Te hablo de Take On Me, compuesta por Paul Waaktaar-Savoy, Magne Furuholmen y Morten Harket; integrantes del grupo noruego de pop A-ha, y producida por Tony Mansfield.
Ellos realmente estaban desesperados por probar algo en el negocio de la música, así que viajaron a Londres con el poco dinero que tenían y empezaron a mandar demos a diferentes personas.
Sin embargo, su lanzamiento tuvo una recepción bastante discreta. Cuando el manager Terry Slater los escuchó, creyó que era un potencial hit, y les pidió grabar una segunda versión. Y aunque esta tuvo más ventas que la primera, tampoco fue muy popular.

Andrew Wickham, vicepresidente de Warner Bros. Records, no pudo creerle a sus oídos cuando escuchó a Morten cantar cuando audicionaron para él. Se decidió a hacer una versión mejorada de su canción, dándole esta vez un ritmo más acelerado, una introducción mejor preparada y un sonido de sintetizador más enérgico y contemporáneo, pero tratando de respetar su versión original hasta donde pudo. Y por increíble que parezca, esta versión tampoco tuvo el impacto esperado.
Fue allí cuando la productora decidió poner en juego su último recurso: un video musical, ideado por Jeff Ayeroft, quien era director creativo, con el que relanzaron la canción; esta vez acompañada de un corto que muestra a una chica que es invitada a entrar a una historieta por un Morten dibujado, mostrando una química increíble ya que eran pareja de verdad.
Todos estos dibujos animados a lápiz, calcados de escenas filmadas en vivo ocuparon una técnica conocida como rotoscopio y formaron un innovador video musical que ponderaba el significado de este peculiar tema que correspondía fabulosamente a su ritmo, protagonizado con dibujos mezclados con el mundo real.
Esta nueva oportunidad disparó la popularidad de la banda y las ventas de la canción, volviéndose la #1 en 14 países como Estados Unidos y Noruega.

En aquellos tiempos el video musical significaba un fuerte porcentaje del posible éxito de un tema. Y no es que sea lo único importante, sino que a veces hay que adaptarse un poco a las tendencias para poder hacer llegar a la gente una excelente idea que no todos se detendrían a contemplar por sí misma.
¿Era una gran canción? por supuesto, ¿necesitaba una que otra mejora? claro que sí; y como resultado ahora tenemos tenemos una gran y peculiar canción emblema de su época, que quizás de no ser por su video musical, no recordaríamos o muy poca gente habría escuchado.
Oír esta canción acompañada de su video le da ese saborcito que faltaba, todo se vuelve tan lógico y agradable. Por fin comprendemos lo que querían decir con ella.
De todo esto podemos concluir una sola cosa: no todo funciona al primer intento. A veces hay que ser más creativos y adaptar un poco las obras a lo que la gente reconoce y lo que ocurre en el momento. Solo un poco, para que así la popularidad contemporánea la catapulte a la historia.
Y como dijeron los músicos en el 2019:
“Yo creo que lo que hizo el video, aparte de ser genial por sí mismo, fue darle a la canción la difusión necesaria para realmente dejar un gancho en las personas. Claro que la canción no tendría tantas reproducciones si no funcionara por sí misma, la genialidad está en la canción, pero también en el video, el cual le dio al mundo el tiempo necesario para que la asimilaran.”
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